Ser espiritual o la espiritualidad

Espíritu, espiritual, espiritualidad

La espiritualidad de la que te estoy hablando es otro concepto que no tiene nada que ver con las ciencias ocultas, ni las cartas tarot, ni la brujería, ni es la espiritualidad religiosa, ni a la religión en sí cuando le llaman a uno espiritual por el mero hecho de ir los domingos a la misa o llevar la vestimenta correspondiente, ni cualquier otro “rollo” por el estilo. Ni tampoco esa espiritualidad dulc(e)o-empalaxogosa de la multitud de las sectas que hay por allí.
Repito: NO TIENE NADA QUE VER CON TODO ARRIBA MENCIONADO.

Te lo simplifico: todos los niños son espirituales hasta que los estereotipos y otra basura mental se arraiga en su mente.

Espiritualidad es tu propia capacidad de relacionarse con tu Yo interior o, si lo prefieres y que sea más comprensible para ti, tu intuición.

El esquema es el siguiente: tienes el cuerpo fisíco. De por sí el cuerpo no puede hacer nada. Ejemplo: cuerpo sin vida.

La vida al cuerpo le da algo, que nosotros conocemos como el Alma. Y el espíritu es lo que da la personalidad a este Alma, por así decirlo. O más bien: el Alma es lo que más cerca está a nuestro mundo físico y el Espíritu es la otra parte del Alma que está más cerca a lo “divino”, al Universo, o como quieres que lo llame.

Crecer espiritualmente. Desarrollo personal = desarrollo espiritual.


Para comprender el verdadero sentido de esta combinación de palabras nos basta con saber que somos algo más que un simple juego de carne y huesos, también tenemos nuestra alma que llena el cuerpo de vida y el espíritu es el que nos une con el “Superior”.  Aunque todo es uno.  🙂  A ver si te puedo simplificar algo más con ayuda de mis queridas analogías: tu eres un PC con salida a Internet. Tu espíritu es “google.es”. Y el “Superior” es todo el ciberespacio llamado Internet.
Partiendo de ahí,  el desarrollo espiritual es nada más y nada menos aumento de tu la capacidad de la línea ADSL. 🙂 Una de las características del ADSL espiritual es tu intuición.

También si comparamos una persona espiritualmente desarrollada con una persona menos espiritual es como conducir  de día y en plena oscuridad sin ver ni donde pisas ni adonde vas. En cambio la vida espiritual parece a una carretera bien asfaltada e iluminada. Sabes adónde vas, sabes elegir buen camino, sabes leer las señales de la carrete… digo vida, sabes cuando trabajar, cuando parar, cuando repostar. ¿A que es una alegría vivir …eh… viajar así?

Uno de los modos de desarrollar tu espíritu es aprender através de la experiencia aprendida.

Aprender de la experiencia significa  comprender para qué tenías que pasar por esta experiencia y hacer conclusiones de qué tienes que hacer para que  no volver a pisar los mismos rastrillos. Es ver y sentir  no solo manifestaciones del mundo material sino lo que está detrás, pues lo material – solo es la cosecuencia.

¡Ojo! Uno espiritualmente ciego no tiene que ser precisamente impúdicamente rico o desesperadamente pobre.  Proceder de alta sociedad o vivir rebuscando entre basura.

Uno espiritualmente desarrollado no tiene precisamente  porqué llevar la ropa adecuada, vivir en un monasterio, pertenecer a la sociedad de elegidos, etc.

Ser espiritualmente desarrollado es una cosa en realidad muy práctica. Y deja ya, por favor, de hacer muecas, solo dehazte de tus estereotipos y intenta aprovechar la información para tu propio bien.

Comments

comments

Comentarios cerrados.