“¡Que suerte la tuya!”

Muere un buen carpintero Juan y su alma aparece delante de Dios que en este momento hacía algunas anotaciones en su “libro de visitas”:

– ¿Quien fuiste de vida?
– Juan.
– ¿Qué profesión tenías?
– Carpintero.
– ¡Que suerte la tuya! – suspiró Dios.
– ¿Por qué? – se sorprendió Juan.
– Al menos tus taburetes no te persiguen gritando sin parar “dame dinero”, “quiero dinero”, “necesito dinero”.




que suerte la tuya- altnzam-caminodeoro

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