Preguntas

Hacer preguntas se ha vuelto como el privilegio de los niños,  están en el proceso de aprendizaje, crecimiento, quieren conocer el mundo, donde vinieron a “pasar un tiempo”. Con la edad, la mayoría de las personas olvidan esta habilidad de preguntar, lo que significa que su crecimiento y desarrollo se estanca y ya no hay progreso. Donde no hay progreso nunca puede haber prosperidad. Tampoco financiera.

Así que, vamos a quitar el polvo del “preguntonismo” y retomaremos esta costumbre.

Aquí tienes 10 preguntas que cada persona ha de hacerse y mejor que lo haga de vez en cuando.
Recuerda, a estas preguntas NO hay respuestas correctas o incorrectas. Pero sí, cada respuesta es una revelación que destapa muchos problemas e indica la dirección favorable de la corriente de tu vida.




Como una opción, puedes ponerte en frente del espejo.

1. ¿Cuántos años te hubieras dado a ti mismo, si no superas tu edad?
2. ¿Haces aquello en lo que crees, o intentas creer en lo que estás haciendo?
3. ¿Qué es en esta vida lo que haces de forma diferente que los demás?
4. ¿Recuerdas alguna  situación de hace 5 años,  donde te sentías “peor imposible”?  ¿Ahora aquella situación tiene para ti el mismo significado?
5. ¿Tienes la sensación de que el día como hoy ya se está repitiendo cientos de veces?
6. Si todos a los que conoces de repente mueren, ¿a quién vas a visitar?
7. Si tuvieras la posibilidad de ser el amigo para ti mismo, ¿quisieras tenerte como amigo?
8. ¿Cuál es para ti la diferencia entre la vida y la existencia?
9. Si es no ahora, ¿cuándo?
10. ¿Crees que las decisiones que hay que tomar en la  vida las tomas tu mismo o lo hace alguien “ajeno” a ti?  (Pregunta de control: recuerda alguna decisión que tenías que tomar hace poco, intenta imaginar, ¿cómo sería el desarrollo de acontecimientos si hubieses tomado otra decisión?

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Pueblo de Galicia

No temas ser preguntón. Preguntar es gratis. 🙂

Y para terminar, te dejo un truco: cuando no sabes la respuesta a la pregunta hecha sea por tu hijo o por cualquiera, no temas de reconocer que no sabes qué contestar, dile que no sabes la respuesta, pero buscarás la información para contestar. Con tus hijos, incluso, podéis poneros a buscarla juntos.   ¿Beneficios? Cuéntalos tu mismo. 🙂

 
P.D.: Recuerdo que un día me di cuenta de que no era capaz de hacer preguntas!!! (Y eso que estudié periodismo!)  Así que me vi “obligada”  a estudiar este arte de aprender hacer buenas preguntas para recibir buenas respuestas. Sí, sí, tal cual es. 🙂 
¿Por qué a los adultos no le gusta hacer las preguntas a si mismos?  Porque se enfrentan a la necesidad de responder. Y estas respuestas no siempre son agradables o consoladoras. Sobre todo para el ego dolido.
 
 Por ejemplo, vive uno en total seguridad de que es bueno y bondadoso, pero en realidad, su familia apenas llega al fin del mes. Claro, al enfrentarse con la necesidad de contestar, el hombre se verá obligado a hacer algo: pensar cómo ganar más dinero, cambiar de trabajo, pensar la idea, etc. Todo esto supone esfuerzos, cambios, periodos de incertidumbre, riesgos donde él no se será “bueno y bondadoso”, sino “malo e inútil”. ¿Quién de hombres querrá pasar por semejante “humillación”? 
 
Está más cómodo y acostumbrado así: con poco dinero y quejándose del gobierno. Por tanto, cualquier pregunta que intenta quebrar su “tranquilidad” lo tomará como un ataque.
 
Como norma general, trabajar, sobre todo consigo mismo, nadie quiere. 🙂 Tal vez salvo los “masoquistas” 🙂 )) a los que no importa pisar su propio ego. 🙂 ))

 

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