Estaba en el aeropuerto Domodedovo de Moscu de vuelta a España tras estar con mi familia en Kalmikia. Antes de que empiece el embarque, decidí mandar a cada uno de mis padres un beso aunque sea por sms. 🙂 Pero al enviar el primer sms descubrí que el saldo de la tarjeta no me llegaba. Ok, encontré una máquina “reponedora” de saldos, pero aceptaba sólo billetes y no daba vuelta si le entregases un billete grande. Fuí a dar una vuelta por los kioskos para buscar un cambio metalico-papel, pero nadie lo tenía.
De repente oigo una pregunta “Buenos días, ¿a dónde está volando? ¿De dónde es usted?” Doy la vuelta y veo a un chico de cara oriental que se lanzó hacia mi con muchas preguntas que tenían pinta de una encuesta. Y como soy bastante cuidadosa a la hora de “divilgar” mis datos, solo le contesté que soy de Kalmikia y busco cambio moneda-billete. Entonces este al instante desaparece y aparece ya con otro movil en las manos: “Tome, llame a Kalmikia y hable cuanto quiera, este es el movil de contrato y la llamada sale casi nada”. Resulta que el chico era mi paisano, también kalmiko y que trabajaba de agente en una empresa con los represe
ntantes en los aeropuertos.
Os imaginais la alegría que tuve al poder no solamente enviar el sms, sino a escuchar la voz de mi madre y decirla que he llegado y pasado bien la aduana y ahora estoy esperando el embarque. !!! Es lo que se dice, no tiene precio. Aun estoy agradecida a aquel chico por regalarme esta oportunidad.
Por si te sorprendes, Moscu es una ciudad muy, pero muy grande y encontrar allí a alguien de tu tierra que además resulta ser tan amable, es casi como si te toca el gordo. 🙂 Otro dato: la mayoría de los aeropuertos de destino de Domodedovo son paises de la Asia Central: Uzbekistan, Kasakhstan, Turkmenistan, etc. de modo que “caras orientales” están por todas partes. 🙂
