“No justifiques” tu actitud y tus palabras. ¿Verdad o falso?

Más de una vez he topado con un consejo que dice: “no justifiques” tu actitud ni tus palabras. Se supone que este consejo es para que uno se sienta en pleno derecho de ser él mismo. Por una parte estoy más que de acuerdo. Por otra parte … como siempre: hay que saber mantener el equilibrio.

Y como bien sabemos, todo depende del punto de vista que tomes. Si lo ves como “justificarte” – no querrás hacerlo. Si desde el punto de vista: “explicar” – tenemos un matiz totalmente diferente.

No todo el mundo está obligado a entenderte o adivinar a qué te referías o para qué hiciste lo que hiciste. Entonces, si ves que hay una confusión, intentas explicar y aclarar a esta persona la verdadera intención. Si está predispuesta a entenderte – bien, podéis aclararlo y seguir adelante, cada vez conociéndoos mejor.

Pero si aun así, te siguen sin entender y ni siquiera hacen esfuerzos para entenderte … creo que lo más apropiado es reducir contacto con ella.

Sin tocar el caso cuando cualquier intento de autojustificarte te puede hacer daño en los casos de: “Usted tiene derecho de guardar el silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un tribunal de justicia”. Vamos a ver los ejemplos menos delictivos. 🙂




Seguir el consejo de “no te justifiques” a pie de la letra, podría, incluso, hacerte daño. Recuerden, estoy hablando de nosotros, las personas “normales y corrientes”, todavía con un largo camino hacia la iluminación, con sus propias virtudes y faltas.
En una relación, si el hombre no le “justificará” (en este caso como “explicación”) a su mujer por qué no la llamó, podría llevar una bronca por nada. Sobre todo si no tiene suficiente crédito en el banco de emociones. No es tan difícil decir a tu mujer, supuestamente la mujer amada, que no la llamaste, porque se agotó la batería en el teléfono, porque no hubo cubertura, porque tenías un lío. Y no porque le tienes miedo o eres un “maridazo”, sino porque muestras  respeto hacia otra persona, en este caso – tu mujer. Mantener el silencio sin decir nada, es mostrar el falso orgullo, masculinidad, falta de educación, que luego no te sorprenda que un día mirándote al espejo verás los cuernos salir de tu cabeza. 🙂
Por supuesto, lo mismo es totalmente aplicable y en viceversa.

Bueno, todo esto son casos hipotéticos. Simplemente era para mostrar, que el consejo “nunca justifiques tu actitud ni tus palabras” es igual de útil como dañino. El uso de este consejo, para que sacar el óptimo provecho, siempre depende de las cicrunstancias en concreto. Como siempre,  la regla de oro del Camino de Oro: ni mucho ni poco justo lo necesario.

 

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