Contenido:
El objetivo del juego.
Los medios del juego.
El esquema del juego: niveles.
Game over.
¿Por qué, crees, los jóvenes enganchados a los juegos virtuales a veces confunden la realidad virtual con la vida real que a veces tiene un final muy triste? Pues, los juegos son muy similares a la vida real por su estructura, la calidad de los imágenes cada vez más se aproxima a la realidad misma. Ahora, lo que les engancha de verdad son las emociones, que son auténticas. Para conseguir el objetivo de nuestro artículo vamos a comparar el juego con la vida real para así conocer las reglas de ambos y empezar a ver la vida como un juego, pudiendo experimentar las mismas sensaciones de un jugador, pero reales.
- – Un juego consiste en conseguir el objetivo: salvar/defender a una princesa, una ciudad, una civilización, encontrar los objetos escondidos, vencer el planeta-enemigo, etc.etc.etc.
Tu existencia como humano también tiene su propio objetivo, algo para lo que habías nacido. En otras palabras este objetivo se llama la “misión” de tu vida. Por tanto, el objetivo de tu vida es cumplir tu misión. (Cómo encontrar la misión de tu vida, te lo contaré en otra ocasión).
- – Hay muchos juegos virtuales donde todo es como en el mundo real: monedas, mercados, compra-venta de las herramientas, armas, defensas, pociones, etc. Pero nunca las monedas o sus equivalentes son el verdadero objetivo del juego (no me refiero a los juegos de competición, donde el objetivo es acumular la máxima cantidad de puntos, monedas, objetos, etc.)
Lo mismo pasa en la vida real: tanto el dinero como los objetos materiales solo son medios para hacer nuestra vida más cómoda y fácil. Por ejemplo: coche – para movernos más rápido. Casa – para tener donde dormir, descansar, protegerse de la lluvia, frio, calor, … Ropa – para protegernos del frio, para sentirse cómodos por no andar desnudos, para sentirse bien con nosotros mismos cuando andamos bien arreglados. 🙂 Y dinero para poder tener todo eso mas para poder ahorrar el tiempo de nuestra vida.
Ahora comprendes ¿por qué ni el dinero, ni algún otro objeto material pueden ser el verdadero objetivo de tu vida? ¿Acaso puedes utilizar los 3 coches al mismo tiempo o irías más rápido, con más eficacia? Y ¿2 casas? Vale, más cómodo: una para vivir, otra para las “vacas”, pero ¿acaso morirás si no tendrás 2 casas, acaso te querrán más? (si es así, algo falla en tu vida amorosa). Ah, ¿tienes 3 casas para invertir dinero y alquilándolas ganar más dinero? Y ¿para qué quieres más dinero? ¿Acaso con el dinero puedes comprar la tranquilidad? ¿Sentirse bien consigo mismo? ¿Amor? ¿Sueño profundo y tranquilo? ¿Salud? ¿Felicidad? Ehh… la verdad, de las semejantes “sentencias” hasta a mi me duelen los oidos. 🙂 Aun así creo que la respuesta es más que evidente: NO. Más, ¿cuánto dura la alegría por haber comprado un coche nuevo? ¿Cuanto dura la alegría por haber comprado un vestido nuevo? ¿Cuánto dura la alegría por haber comprado … alguna otra cosa? A veces hasta que entregues el cheque de pago a la dependienta, ¿verdad? 🙂
Pero sí, estoy de acuerdo contigo, está bien querer más dinero. Te cuento un secreto: está bien que quieres mucho dinero, pero el objetivo final constructivo (bueno, razonable, verdadero utiliza cualquier palabra de tu agrado) de tener mucho dinero es en ningún caso obtención de más objetos materiales. El objetivo final constructivo de tener mucho dinero es ayudar a los demás avanzar en su desarrollo, crecer espiritualmente, perfeccionarse personalmente.
El que tiene por objetivo esta finalidad de ganar dinero se convierte en un rico favortio del público. El que quiere enriquecerse sin parar por el mero hecho de ser más rico en el cementerio – se acaba siendo pobre con un saco de dinero.
Entonces, el verdadero objetivo de nuestro nacimiento no pueden ser objetos materiales, ni dinero, ni su equivalentes. El verdadero motivo de nuestro desarrollo es perfeccionar nuestra alma. Puede que más tarde escribiré un artículo sobre este tema, mientras tanto seguimos con nuestro tema.
- – Normalmente el juego empieza por un nivel básico/principiante con el mínimo de herramientas o capacidades, la dificultad de juego aumenta con cada nivel que pases. Al terminar un nivel obtienes algo: un regalo, una herramienta nueva, una cantidad de monedas, un hábito, etc. necesarios para realizar tareas en el próximo nivel.
Veamos qué pasa con la vida real. La vida empieza por un nivel básico/principiante: lo primero de los primeros de lo que debemos aprender es a … 🙂 respirar. Luego mantener la cabeza, reconocer caras/objetos, gatear, andar, hablar… Sin estas herramientas no podemos pasar al siguiente nivel, ni cumplir el siguiente nivel, que consiste en: aprender a leer, escribir, contar, relacionarse para eso nosotros iremos (o, mejor dicho, nos hacen ir) al colegio. Y así sucesivamente, con cada nivel se aumenta la dificultad, aumenta variedad de las herramientas que están en nuestra disposición para ayudarnos a conseguir los objetivos siguientes.
Y como la vida es el juego más perfecto jamás inventado, a diferencia del juego virtual, en él no podrás saltar los niveles. 🙂 En la vida real no hay trucos que valgan y si logras a esquivar un nivel, tarde o temprano la vida te hará pasar por este faltante. Si por alguna razón no puedes o no quieres pasar cierta etapa (por no repetir más el “nivel” 🙂 ), la misma situación entra en modo de bucle y se te repetirá una y otra y otra y otra vez, aunque con la gente cada vez diferente, en lugares distintos (¿te suena?: mujeres para los que todos los hombres son cabrones; o hombres para los que todas mujeres son harpías) . Te quedarás en este bucle hasta que te des cuenta del propósito de este nivel y lo cierras cumpliendo el objetivo. Este “procedimiento” también es conocido como “pisar los mismos rastrillos”. Algunos se atascan en un nivel hasta la muerte, incapaces de salir de allí. Pero ni con la muerte la cosa se acaba, porque … sigue leyendo.
“Pasar niveles” en el idioma humano se conoce como: “desarrollarse”, “crecer”, “madurar”, “obtener sabiduría”, etc.
El objetivo del juego llamado vida en el idoma humano se conoce bajo denominación “misión”. La misión de un ser humano es “desarrollarse”, “crecer”, perfeccionar nuestra alma, obtener nuevas experiencias, hábitos, etc. En otras palabras: pulir nuestra alma para que brille como un diamante. El brillo de un diamante del alma de una persona también es conocido como “iluminación”. Y como es my difícil alcanzar la iluminación en solo una vida humana, nuestra alma, a semejanza con el heroe de un juego virtual, tiene su “Game over” conocido como “reencarnación”: el personaje muere, relanzas el juego (los hay que empiezan desde el punto donde murió el personaje anterior) y sigues, pero ahora con más experiencia. En la vida real el alma reencarna conservando toda la experiencia que obtuvo en su vida anterior y sigue su camino cumpliendo con su misión con otro cuerpo humano.
- Al igual que te quedas muy satisfecho al terminar un juego virtual: lleno de aventuras, enigmas, obstáculos y emociones, así de satisfecho tendrás que estar al terminar tu vida en la tierra. Y si no estarás satisfecho … puede que la cosa más dura que exista en la vida es en tu lecho de muerte comprender que tu vida la has “cagao”. Así, ni más ni menos. ¡Prométeme que harás todo lo posible para estar satisfecho durante y al terminar esta vida!