Primero vea este video y luego reflexionamos.
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A lo largo de toda historia de la humanidad nos hemos desarrollado “a lo ancho”: conquistando, construyendo, destruyendo y reconstruyendo. Pero hemos olvidado de crecer a lo “profundo”, es decir, madurar mentalmente.
“Lo que más me sorprende del hombre
es que pierden la salud para ganar dinero,
después pierden el dinero para recuperar la salud,
y por pensar ansiosamente en el futuro
no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente
ni el futuro… Y viven como si no tuviesen que morir nunca…
y mueren como si nunca hubieran vivido”.
Dalai Lama
El autor de video (la verdad, desconozco quién fue, si alguien me lo dice, estaré muy agradecida) compara el comportamiento de la humanidad con el de un niño a punto de nacer, yo en mi “teoría de la evolución” comparo la edad de la humanidad con la edad de la adolescencia, el período de incertidumbre: todavía no hemos aprendido a ser adultos, ser responsables por nuestra propia vida y al mismo tiempo ya no somos niños y no podemos proseguir viviendo según las normas “infantiles”, la vida misma nos “echa del nido”.
Puede que ahora mismo no sabemos qué hacer, pero eso no significa que no exista una “idea general” sobre nuestro desarrollo. Según mi teoría de la evolución humana, al igual que un adolescente hasta “elaborar” su propia forma de ser adulto, pasa por diferentes tipos de conmoción, empezando por las experiencias a nivel físico pasando por la forma de pensar. La humanidad también está en la fase de las conmociones tanto a nivel fisiológico, cataclismos de la naturaleza, epidemias, guerras, pasando por quebramiento de los viejos estereotipos, costumbres inútiles, convicciones falsas, quiebra definitiva de un mundo cómodo y conocido.
Aun así, la idea de este video y de mi teoría es la misma: hemos de continuar nuestro desarrollo. En el mismo pero tan diferente mundo. Hemos de dejar de ser niños y convertirse en adultos no solo por nuestro físico, también “mentalmente” o “espiritualmente” (no confundir con ser religioso). Lo que significa que hemos de ser conscientes de nuestros actos, responsables cada uno por su propia vida. Ahora, como nunca, se vuelve muy actual la cuestión de encontrar el propósito del nacimiento de cada uno, si uno quiere vivir de forma digna.
¿Por qué?
Hoy en día la mayoría de la gente vive como de una hoja caída del árbol se tratase, dejada a la merced del viento caprichoso: el viento sopla fuerte – la hoja vuela, una jugada de viento y la hoja se pudre en el charco con agua sucia, incapaz de cambiar su futuro.
Sin embargo si trazamos analogía con el tema de los negocios: ¿qué negocio tiene más posibilidades de sobrevivir y prosperar? El que tiene bien definidos sus ideas, objetivos, metas, el que tiene buen business-plan. ¿Verdad?
Tu vida también es un “negocio” y para que tu negocio prospere tienes que saber para qué existes – tus propósitos/objetivos. Conociendo tu objetivo, tu futuro se vuelve más claro, se es más fácil actuar, es más fácil encontrar qué es lo que tienes que hacer, cómo, cuando, etc.
Y es justo lo que se llama encontrar tu propio Camino de Oro y vivir según él.
SKH