“Poooping dog” y los deseos que se cumplen



El otro día observé el siguiente cuadro: una mujer con sus perros cruzaba la calle, de repente a su caniche se le antojó hacer el “poopy” justo en la mitad de paso de cebra. Donde se le antojó, ahí se paró para hacer sus cosas. Claro que su dueña empezó a tirar de la correa para sacarla de la carretera, pero la perrita tenía más ganas de hacer lo suyo que obedecer a la dueña. Al final arrastrada allí donde está, pudo liberarse de su carga. 🙂

Os imagináis que a la perra de repente entre la duda “¿y si no soy capaz de hacerlo?” O miedo “¿cómo lo voy a hacer?! ¿y si no me resulte? Y además aquí, que no es un lugar muy adecuado, buscaré otro. No es el momento apropiado, mejor esperaré” Y “y qué dirá mi dueña!! me va a regañar!”
Con tal predisposición la perrita nunca hará sus necesidades. 🙂 Y tendrá intoxicación intestinal.

Justo lo mismo pasa con las personas: están intoxicados en el “interior”. Y si la intoxicación a nivel de fisiología se manifiesta con alegrías, erupciones de cualquier tipo, el malestar físico, la intoxicación “interior” del alma se revela como apatía, depresión, ausencia de felicidad, amargura, aburrimiento.

Así que para que el deseo se cumpla, ha de tener la misma determinación que tuvo la caniche.

De dónde sacar toda esta determinación. Cómo encontrarla y utilizarla nos hablaremos de ello en la charla gratuita el día 25 de noviembre. Aquí está la información.

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